El proyecto, con una superficie de 3,810 m², incluye una sala de conciertos para 590 personas, áreas complementarias y de servicios, un teatro al aire libre y espacios exteriores. El diseño se integra con la quebrada Rumipamba, la última abierta en la ciudad, estableciendo una interacción directa a través del paisajismo propuesto. La sala de conciertos, un volumen destacado de hormigón y cristal, se sitúa sobre una plataforma que ofrece vistas hacia la quebrada y la ciudad, convirtiéndose en el elemento central del proyecto.